lunes, 3 de octubre de 2011

Inútiles esfuerzos por revivir la zona industrial de Azcapotzalco

Las últimas dos administraciones delegacionales de Azcapotzalco se han empeñado en revivir la actividad económica de Vallejo que fue entre los años sesenta y setenta el principal parque de desarrollo industrial del país, sin embargo, la confianza de los inversionistas no ha vuelto y hoy la autoridad busca mil 200 millones de pesos para rehabilitar su infraestructura.

Tres décadas de olvido, de descuido de inversionistas, de limitaciones legales en materia ecológica, así como la creencia de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte podría sustituir la generación de servicios y producción de bienes, convirtió a Vallejo en un cementerio industrial.

El proyecto de convertir a Vallejo en el cerebro tecnológico de consorcios internacionales y centro de producción de industrias limpias permanece detenido, unas cuantas empresas han aprovechado las ventajas de ubicación y fiscales, pero hoy se ocupa la mitad de la capacidad instalada para unas mil 200 empresas; solamente unas 600 tazones sociales funcionan ahí actualmente.

Justo a la mitad del siglo pasado, se crea la Zona Industrial de Vallejo, en cinco millones de metros cuadrados que eran dedicados a la agricultura que desaparecen para el establecimiento de fábricas, pero hoy el uso de suelo industrial de ese parque fabril suma 378 hectáreas.

Siendo presidente de la República Emilio Portes Gil es colocada la primera piedra del que sería uno de los primeros desarrollos industriales de México y para 1944, el presidente Manuel Ávila Camacho expide un decreto para consolidar esta zona industrial.

En las fábricas establecidas en la Zona Industrial de Vallejo considerada Motor del Desarrollo Industrial de México, se comienzan a fabricar todo tipo de artículos como enseres eléctricos, de cocina, línea blanca, partes automotrices, alimentos enlatados y procesados, materiales de construcción.

También se procesaron materias primas se fabricaron cables de acero y cobre, motores de varios tipos, herramientas, pinturas, pegamentos, cementos y morteros, entre muchos otros artículos.

Al paso del tiempo tanto los gobiernos del Distrito Federal, como los delegados dejaron de interesarse en el mantenimiento de la actividad industrial, hasta que se dieron cuenta de que ello representaba la fuga de miles de millones de pesos en impuestos, pues para fines de los años setentas y ochentas, se habían mudado a los municipios de Naucalpan y Tlalnepantla, en el Estado de México decenas de firmas.

La Zona Industrial de Vallejo se encuentra en el oriente de la Delegación Atzcapotzalco, ésta se levanta en terrenos que pertenecieron a las tierras de labor de varias haciendas propiedad de Don Antonio Vallejo, por ello conserva su nombre el área.

Durante unos 20 años, cuando se hablaba de las promesas de la industrialización de México, se cancelaba la actividad agropecuaria, como fue el caso de estos terrenos de la Capital del país, y paralelamente se dotaba a Vallejo de infraestructura industrial millonaria.

Aquí las inversiones siempre fueron rentables, pues casi la mitad de las principales industrias mexicanas asentaron sus plantas de producción en alguna porción de estas casi 500 hectáreas, de las que ahora solamente quedan con el uso de suelo industrial 378.

Esto, al grado de que aún existe la infraestructura de ferrocarril, que entonces recorría las bodegas de toda la zona, dejando pedidos de materias primas y recogiendo cargamentos de los productos de exportación hacia puertos como Veracruz, Acapulco, Lázaro Cárdenas o Manzanillo.

Dentro de esa zona industrial, aún existe el recinto aduanal más importante del centro del país que es la Aduana de Pantaco, donde también había instalaciones postales y otros servicios indispensables para la actividad industrial a gran escala.

Lo que fue el emporio industrial, que avanzó a la par de la zona fabril de Monterrey, en la ciudad de México comenzó a dejar de ser atractiva para las grandes industrias, pues comenzaron a surgir estrictas normas ecológicas que limitaron la presencia de aquellas industrias contaminantes tan características que llevaron a la consolidación de un logotipo de la zona industrial que mostraba una chimenea lanzando a la atmósfera grandes cantidades de humo.

 El ex jefe delagacional Alejandro Carvajal impulsor de este proyecto denominado “Proyecto Industrial Distrito Vallejo 2017” dijo a Basta que la idea era que en diez años se lograra el objetivo de revivir a Vallejo con industrias limpias y de tecnología, “para convertir a la Ciudad de México en cerebro tecnológico de los grandes consorcios del internacionales y así México podría competir a todos los niveles por el establecimiento de los centros de operación mundial, como lo hacen hoy en la India y China”.

Explicó que el gobierno federal se ha negado a apoyar este proyecto, debido a una evidente “falta de voluntad política, y las razones son claras, porque es idea y lo promueve un gobierno de partido distinto al federal”.

Sin embargo, aclaró “es un proyecto viable, que sería de gran beneficio para todo el país, ni siquiera para la delegación o para el Gobierno del Distrito Federal, sino que sería un triunfo nacional que podría generar miles de empleo y la atracción de miles de millones de dólares en inversión extranjera directa”.

Reconoció que este proyecto no será viable sin el apoyo del gobierno federal, pues ni la administración delegacional, ni el Gobierno del Distrito Federal podrían contar con los recursos suficientes para sacarlo adelante ni siquiera en los diez años en que se había planeado.
Recordó que tanto él como el actual delegado, Enrique Vargas Anaya han tratado de conseguir, primero en la Cámara de Diputados y luego ante inversionistas extranjeros los recursos para alcanzar el objetivo, sin embargo, no lo han logrado.

Puntualizó que hoy a 60 años de distancia de la creación de Vallejo, las principales deficiencias que presenta la zona son drenajes insuficientes, rotos o contra nivel, banquetas y guarniciones deterioradas y un paisaje urbano en estado de abandono, lo que provocó la salida de empresas, pero además hace poco atractiva la llegada de otras industrias.

Además, dijo, si bien son dos o tres las grandes empresas que aprovecharon en principio las ventajas fiscales, solamente incrementaron su presencia para labores de almacenaje de mercancías, como fue el caso de Procter & Gamble, Bimbo y algunas otras farmacéuticas, que en este caso sí invirtieron 80 millones de dólares para asentar sus laboratorios de investigación.

 El actual delegado, Enrique Vargas Anaya, sostuvo que con la inversión que se busca para la recuperación de la Zona Industrial Vallejo, se propone el corredor de Alta Tecnología, a su vez la utilización y desarrollo de los extensos terrenos ubicados en la franja norte de la delegación para consolidar los usos industriales, no contaminantes, bajos en consumo de agua y generadores de empleos de calidad, y servicios de apoyo especializados.

Sin embargo, Alejandro Carvajal sostuvo que con los recursos que pudo conseguir durante su administración, solamente se tuvo capacidad para la rehabilitación de una sola calle, pero advirtió que seguirá trabajando para conseguir a favor de Vallejo, Azcapotzalco, la Ciudad de México y el país, la rehabilitación y despegue de este parque de la industria tecnológica.

De acuerdo con este proyecto, Enrique Vargas explicó que en materia de infraestructura vial es necesario reconvertir 11 grandes calles y avenidas, mientras que las obras de infraestructura que se requieren son 260 mil 380 metros cuadrados de carpeta asfáltica, 130 mil 470 metros cuadrados de banqueta, 34 mil 400 metros de guarnición, cambio de red de agua potable a lo largo de 22 mil 525 metros y de red de drenaje en 22 mil 130 metros.

En 2004, la Delegación Azcapotzalco invirtieron apenas 79.6 millones de pesos en obras en Avenida Ceylán, de calle Maravillas a Boulevar de los Ferrocarriles; en 2005 fueron 44.6 millones de pesos en Avenida Poniente 116, entre Ceylán y Coltongo y en 2008, 155 millones en obras realizadas en Calle Norte 58, de Poniente 152 a Azcapotzalco La Villa.

Sin embargo, ambos advirtieron sobre los riesgos que enfrenta esta amplia zona industrial, pues señalaron que los grupos inmobiliarios han comenzado a trabajar desde hace varios años en la investigación con fines de lucro, pues además se sabe que tienen serias intensiones de cambiar el uso de suelo, que de ser así, cancelaría por completo la viabilidad del proyecto.

Enrique Vargas señaló que la Zona Industrial Vallejo equivale al 37 por ciento del uso de suelo industrial en la capital del país con un mercado potencial de 20 millones de personas en la zona metropolitana y dispone de infraestructura vial para colocar sus productos en otros estados del país.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito Federal, la Ciudad de México capta el 68 por ciento de la inversión extranjera directa del país, el 20 por ciento de los empleos a nivel nacional y genera el 18 por ciento del Producto Interno Bruto, y así ocupa el primer lugar en competitividad.

Concluyó al advertir que “si los industriales y los inversionistas en la zona industrial de Vallejo no logran, junto con la autoridad, con vencer al gobierno federal para lograr la inversión y potenciar la industria, la presión inmobiliaria va a obligar tarde o temprano a que haya una transformación en el uso del suelo”.

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